Acudir periódicamente al dentista y una correcta higiene bucodental ayudan a prevenir el cáncer oral.
Aunque el riesgo de experimentar cáncer oral aumenta a partir de los 40 años, en los últimos tiempos se ha incrementado el número de incidencias de esta enfermedad en individuos menores a consecuencia del consumo de alcohol y tabaco, dos de los factores de mayor riesgo. Sin embargo, también influyen causas como tener una incorrecta higiene bucodental que fomenta la aparición de placa bacteriana, así como irritaciones crónicas en la boca a causa de prótesis dentales, dientes rotos u obturaciones.
El cáncer oral puede aparecer en los labios, la zona lingual, las encías o en el propio paladar. La aparición de manchas blancas o rojas suele ser los primeros síntomas, aunque también puede predecirse por hemorragias en la boca o la aparición de úlceras que no se curan o molestias al tragar, masticar o hablar. No obstante, en muchas ocasiones la ausencia de síntomas específicos hace que los pacientes no acudan al especialista, lo que hace que más del 50% se les diagnostique estas lesiones cuando están muy avanzadas.
Por esta razón, el diagnóstico precoz y, sobre todo, la prevención son los factores clave para hacer frente a esta patología.
Se aconseja tomar las siguientes medidas preventivas:
Realizar mensualmente un auto examen de la boca. El objetivo de este auto examen es percibir cualquier cambio en la cavidad bucal, ya que generalmente el cáncer bucal no tiene grandes síntomas, y su presencia puede pasar inadvertida. Es necesario colocarse frente al espejo y ver la fisonomía para tratar de advertir cualquier cambio de tamaño, color o forma en la cara. Este examen debe realizarse en el interior de la cavidad bucal, examinando el dorso y base de la lengua, tocando con los dedos el interior de la boca, cara interna de las mejillas, suelo de la boca, etc. Finalmente es interesante colocar un espejo para observar la región de las amígdalas. Lo importante del auto examen es conocer nuestra boca, para que si en algún momento surgen alteraciones sepamos reconocerlas y buscar atención odontológica.
Visitar al dentista cada seis meses para realizarse revisiones periodicas con la finalidad de detectar cualquier patología y tratarla de manera precoz.
Ante cualquier llaga, úlcera o herida en la cavidad bucal que persista más de 15 días, acudir inmediatamente a la clínica dental, ya que puede ser síntoma de padecer esta enfermedad.
Mantener una correcta higiene bucodental para eliminar las posibles bacterias que pueden dar origen a procesos cancerosos. Para ello, es necesario, después de cada comida, cepillarse los dientes, limpiar la lengua y completar la limpieza con hilo dental.
Evitar fumar y beber alcohol. Si se tienen estos hábitos, que se realicen de manera moderada.
Mantener una dieta sana y equilibrada basada en frutas, verduras y cereales, ya que se ha comprobado científicamente su efecto positivo en la prevención del cáncer. Evitar el consumo de grasas y alimentos muy condimentados.
Revisar las prótesis dentales o dentaduras postizas, para que estén ajustadas al paladar del paciente. Además, es necesario mantener la dentadura limpia y ajustada con rebases periódicos para evitar inflamación e heridas en las encías.
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